Como viene siendo habitual en mí el periodo estival toca su fin y mi desconexión de la fotografía hace lo propio. Con el Otoño siempre vuelven los amigos, la afición y las primeras salidas fotográficas. En esta primera he podido comprobar que la cámara funciona correctamente, que tengo que limpiar un poco las pantallas, que está todo donde lo dejé y que todavía recuerdo como colocar los distintos artilugios. No os creáis que siempre es así de fácil: a la vuelta de unas largas vacaciones has podido olvidar la “contraseña de entrada”. O como me pasó a mí el año pasado: durante mi primera salida creí tener la cámara rota al verlo todo negro durante unos cuantos segundos. El susto se me fue cuando me dí cuenta de que la tapa estaba puesta… Ayyyy… ;-))
Miguel Angel Peláez 